En su novela sobre Los Vertebrados, Mar Garcia Puig (Random House, Madrid, 2023) se refiere al estatus de las mujeres en el mundo político, donde la protagonista, después de dar a luz a mellizos, tiene que ocupar su escaño en el parlamento español. Allí rápidamente se da cuenta que todos los jefes de comisiones importantes son varones, y recuerda la epístola de San Pablo a los Corintios, cuando dice: *Turpe est loqui mulieribus in ecclesiam” (que las mujeres callen en las asambleas, porque no les es permitido hablar). La autora describe la psicosis post-parto de la madre, y sus constantes temores de que sus hijos perezcan; enloquece de pánico de que mueran por un descuido de ella. En el hecho, su hija Sara hace un severo brote de virus sincicial respiratorio, y debe ser hospitalizada, intubada, y se recupera quedando con una predisposición a la bronquitis obstructiva desde allí en adelante. La lucha personal de la protagonista, entre su hipocondría en la que teme por la salud de su hija Sara y el cumplimiento de su deber como legisladora, está bien descrito. Revisa la historia de diferentes mujeres que enloquecieron después de dar a luz, en múltiples ocasiones, como la del escritor William Thaekeray, que después de cada uno de sus numerosos partos perdía la razón, tanto que terminó en un manicomio por el resto de sus días. Cuando crecen, sus hijos comienzan lentamente a separarse de ella, y a tener identidad propia, lo que goza y sufre a la vez. Las mujeres que envejecen, por otro lado, desde la Edad Media han sido llamadas o brujas o locas. Recuerda a madres suicidas, como Sylvia Plath, que antes de morir le dejó a sus hijos el desayuno preparado, o Ann Sexton, que trató de suicidarse, pero que al ser hospitalizada recapacitó pensando en el daño que haría a sus hijos que la esperaban en casa.
En un blog anterior nos hemos referido a la vida de Robert Oppenheimer ( En “Prometeo Americano” , Kay Bird y M J Sherwin (El Triunfo y la Tragedia de J. Robert Oppenheimer, Debate, Penguin Random House, Colombia 2023). Después de reconocido como uno de los principales físicos teóricos de su generación, y de ser colocado a cargo de los primeros experimentos que llevaron a la construcción de la bomba atómica, este conoció a una mujer que fue su pareja por largo tiempo, Ann Tatlock, quien era comunista activa en California, y que lo llevò, después e no haberse interesado en política, a involucrarse en grupos activistas de izquierda. Su mejor amigo era miembro del partido comunista de California, y su pareja también comparte esas preferencias. Su hermano menor, Frank, se involucra mucho mas abiertamente que el en el apoyo a los revolucionarios españoles. Pero Robert no se casó con Ann en definitiva, sino con Kitty Harrison, quien le enseñó a vestirse mejor, a recibir con elegancia a sus amistades, y le sugirió comprar una gran casa con vista al Golden Bridge en San Francisco. Oppenheimer fue cuidadoso en no firmar como miembro del partido, lo que es un alivio al estaller la II Guerra Mundial, y conocerse el pacto nov Ribbentrop-Stalin, que permitió que Hitler invadiera Polonia sabiendo que Rusia no lo atacaría. El descubrimiento de la fisión nuclear por Bohr le permitió visualizar el potencial futuro de abomba de hidrógeno. Su rol como director de orquesta en la elaboración de la primera bomba atómica lo inscribió para siempre en la historia del siglo XX:
¿Qué tiene esto que ver con la psicopatología’ En el libro de Mar García Puig antes aludido, la protagonista describe como la terminan tratando con electro shocks, eso antes de que fuera reemplazado por los psicofármacos actuales. tiene una psicosis puerperal severa, que debe ser tratada cuando está a cargo de sus mellizos. Hoy el tratamiento electroconvulsivo se usa solo en casos de suicidalidad severa, pero muchos pacientes viven con polifarmacia crónica. La hipocondría aquejó, entre otros, a Charles Darwin, quien vivió preocupado por sus fiebres, vómitos y cambios cutáneos, registrado todo minuciosamente en un “diario de salud”. La razón de la muerte de Darwin (a los 71años), ha sido estudiada, entre otros por un chileno, el Dr. Fernando Orrego Vicuña, quien pensaba que se contagió de Mal de Chagas cuando recorrió visitó la cordillera de Ocoa en la 5ª Región, donde es endémico. Tambien García Puig recuerda a Franco Basaglia, el psiquiatra italiano anarquista que liberó de sus cadenas a las asiladas de un Hospital en Trieste, dando origen a la “psiquiatría libre”.
¿Qué tiene esto que ver con el psicoanálisis? La mujer de Oppenheimer había sido educada en Suiza, donde había conocido a psicoanalistas junguianos, y su visión de que en el fondo del inconsciente es colectivo, lo que abre un camino a la visión psicosocial actual. En el libro de García Puig el mellizo se deja cuidar por la madre, y la melliza por el padre, mostrando como ya en las primeras semanas de vida el triangulo edípico hace su aparición. Melanie Klein habla de un “Edipo temprano”. También hace notar García Puig las teorías psicosomáticas de Franz Alexander, psicoanalista húngaro emigrado a Chicago, quien habló de la madre “somatogénica”, y da como ejemplo a la de Marcel Proust, quien “apapachó” a su hijo único. Proust comenzó con severas crisis de asma a los ocho años de vida, y estas no le abandonaron hasta su muerte. La preocupación obsesiva con la corporalidad, ha llevado a algunos a plantear que el ser nervioso es una característica de creativos como Proust, quien se auto-observó a lo largo de los años, trasladando sus conclusiones a varios de sus personajes literarios.
En blogs anteriores, nos hemos referido a estos temas, y pueden consultarse en nuestra página web (iemp.informacion. blog).
Dr Ramon Florenzano
Director Médico IEMP